No voy a hacer un alarde vano de mis méritos académicos, ni mis dotes ni habilidades. No, porque no es relevante al caso.

Ahora mismo, soy Carles Gregori, y dentro de este nombre, soy una amalgama de cosas. Lo que es importante para este proyecto, al cual tanto cariño le dedico, es mi afición por la lectura.

Ya desde bien pequeño, me encanto leer. Y no lo digo por quedar bien. De pequeño me comía los libros, libros y me encantaba estar rodeado de libros, historias, inmiscuirme en mundos mágicos y fantásticos.

Esto me lleno de un mundo interior rico y variopinto, al cual todavía acudo con frecuencia y espero seguir asistiendo.

Conforme fui creciendo, me fui distanciando cada vez más de los libros, siendo atraído por otras formas de entretenimiento, que era la forma que lo vivía en aquel entonces.

Fui un buen estudiante, tenía una muy buena memoria y comprensión, y por lo general no necesitaba estudiar demasiado para los exámenes. Claro, esto me paso factura en 4º de la ESO, donde por fortuna me di de bruces con la realidad. Y es que o me ponía las pilas, o no sacaría ni la eso ni el bachillerato.

Empece a estudiar, pero lo mínimo. Para mí, que me obligaran a estudiar algo que yo no había elegido y no me apasionaba era imposible. No me podía concentrar, y mi mente siempre divagaba hacia otros derroteros.

Tengo una personalidad un tanto obsesiva y extremista, y cuando decido hacer algo es o un todo o nada. No existen los términos medios para mí.

Esto repercutió cuando me aficione a los videojuegos, una temporada que recuerdo con un aire agridulce. Fueron momentos divertidos que recuerdo con cariño, pero visto con retrospectiva no puedo sino aceptar que tenía un problema de control. No me avergüenzo de jugar, pero admito que perdí la oportunidad de aprovechar ese tiempo en lo que ahora creo que es algo mucho más productivo.

La lectura.

Mi afición por la lectura empezó cuando decidí ponerme en forma. Con mi personalidad obsesiva, me puse a leer todos los blogs que se me cruzaron. A partir de ahí, inferí que cuando se necesita conocimiento sobre cualquier tema, tengo que recurrir a los libros.

Fue ese el punto de inflexión donde mi obsesión con el saber renació. Poco a poco fui ampliando el abanico de mis temas de interés, desde el deporte, a la nutrición, la psicología, la filosofía, la física, la matemática.

Disclaimer, no soy ningún experto en ninguna de las áreas que leo. Aunque mi objetivo es convertirme en ello en un futuro próximo.

Poco a poco fui leyendo más, y un libro me conducía a conocer cosas que antes no sabía.

La famosa frase de “no sabemos lo que no sabemos” cobró sentido. Cada vez mi mundo interior iba creciendo y era más consciente de todo lo que no sabía, pero deseaba conocer.

La lectura pasó a ser el pilar fundamental de mi día. Llegue a leer hasta 8 o 9 horas diarias, por lo que devoraba los libros. Como mínimo, tengo el hábito de leerme un libro por semana.

Todo esto tuve que estabilizarlo cuando empecé la carrera de psicología. Entonces mi día se dividía en la lectura y estudio de las materias de la carrera, y la lectura y estudio de los libros que tenía entre manos en cada momento.

Al final, descubrí que la lectura fue, sigue y espero que por mucho tiempo, una fuente de sabiduría y conocimiento.

Mi objetivo en esta vida es algo tan intangible como alcanzar la máxima sabiduría, tener conocimientos y saber aplicarlos. Y el proyecto de libreconmilibro.com nace de mi afán de llegar a este destino, y poder ayudar a todo aquel que le interese transitar parte del recorrido.

Pondré a disposición del lector resúmenes, podcast y artículos sobre el tema de la lectura, productividad, y al final, del desarrollo personal y del conocimiento que me surjan.

Mi finalidad con el proyecto es dotar de las herramientas, libros y conocimientos que a mí me han servido para alcanzar los distintos objetivos, recomendar lecturas y des recomendarlas en otras ocasiones, y finalmente crear una comunidad lectora sobre la que poder edificar debates y crecimiento alrededor de mi pasión: los libros.