La vida con sus vaivenes, reveses del destino
La incertidumbre detrás de cada pequeña decisión, de los diversos caminos que podemos optar
Y es en las grandes decisiones, donde el miedo nos paraliza
La pregunta “¿Y si sale mal?” me rondó la cabeza en diversas ocasiones
Allí me mantuve, en frente del precipicio, sin ver el final. Indeciso
Cerré los ojos, respire profundamente y escuché mi corazón
En aquel momento entendí
En la vida hay veces que tenemos que coger aire profundamente enfrente del precipicio y hacer un salto de fe. Saltar al precipicio con los ojos cerrados.
Y resulta que al fondo del precipicio no me esperaba la muerte ni la oscuridad.
Me esperabas tú.
Y mi renacimiento a través de ti.