El cuestionamiento de las creencias. ¿Por qué avanza a diferente ritmo en las personas?
Nacemos en unas circunstancias. Ya decía Ortega y Gasset la famosa frase de “Yo soy yo y mis circunstancias”. La época, el seno de una familia con sus peculiaridades, el entorno social en el que nos movemos.
Todos estos factores nos generan unas creencias, ideologías y modo de pensamiento propio que se nos transmiten desde que nacemos, y van formando nuestro pensamiento y nuestras ideas.
Nos otorgan un filtro sobre el que percibir la realidad.
Tomas Hobbes, autor del “Leviatán”, anunciaba: “la diferencia de pareceres se basa en las distintas formas de percibir la realidad, entendiendo la falta de una verdad absoluta y universal.”
No existe un bien y un mal. Todo es gris, todo es un gran “DEPENDE” y todo tiene sus argumentos. No existe el consenso absoluto sobre ninguna cuestión, y esta es la base para el avance: la discusión y el cuestionamiento.
Pero me pregunto por qué hay personas que nacen y mueren con un mismo prisma, sin cambio aparente, y porque hay otras que sufren uno o varios cambios en su pensamiento.
La tesis planteada aquí, es que la disonancia cognitiva producida por el cuestionamiento de las ideas, es en muchas ocasiones difíciles de asumir.
Cambiar aquello con lo que has estado reafirmando hasta el momento, implica reconocer que antes estabas equivocado y que tomaste decisiones erróneas con base en ella. En ocasiones, la disonancia puede ser leve, como el caso de admitir que debiste cambiar el destino de tus últimas vacaciones de verano, pero en otros puede ser como derrumbar los cimientos de tu vida.
Cambiar de ideología, de pensamiento político o de doctrina filosófica de pensamiento, afrontar la verdad de que no te gusta aquello por lo que has trabajado durante tanto tiempo, es difícil de aceptar.
Y esta disonancia se ven involucradas muchos tipos de cambio, pero los que vengo a hablarte son los mentales.
Cuestionar aspectos tan arraigados en la sociedad o en tu identidad, como tu ideología política, y que llegues a una conclusión diferente implica un choque.
Todo este tiempo pensando de una forma determinada, y que esta idea se venga derrumbada por cuestionarla.
Darte cuenta de alguna parte de tu identidad, y que has estado equivocado y tienes que cambiar, implica una disonancia cognitiva brutal. Y pasa lo mismo en cuestiones filosóficas, formas de pensar y de vivir la vida, además de un sinfín de cuestiones.
Cuestionar es fundamental. Cuestionarlo todo y llegar a una conclusión, que si coincide con la anterior llegaremos a una verdad más fuerte, y en caso contrario seguir hasta llegar al fondo del tema.
Una aclaración, cuestionar no es a toda costa, no estoy defendiendo cuestionar a cualquier persona de forma pública, sino de forma interna cuestionar los diversos eventos, ideas, argumentos, etc. Cuando decimos “cuestionar”, en este caso es sinónimo de pensar, de atacar los argumentos de aquello pensado para comprobar su veracidad o falsedad.
Pero esta labor intelectual no se da en todas las personas por igual, y he aquí el punto crítico y fundamental: las estrategias de acción de cada persona después de un cuestionamiento que derrumbe una aparente certeza hasta ese momento,
En primer lugar, la crítica, reflexión y aplicación de tal disonancia, aceptando la nueva verdad en tu vida.
En segundo lugar, tratar de desmentir, ocultar o buscar vías de menosprecio al cambio, haciendo la disonancia menor en apariencia, y a fin de cuentas, tolerable y soportable.
La diferencia de ambas es la existencia de una razón crítica, buscadora de la más aproximada verdad, aun a sacrificio de lo restante.
Los dos tipos de actuación difieren en la forma de afrontar la disonancia.
En un caso, minimizar y ridiculizar, evadirla. En otro caso, mirar al abismo y que este te devuelva la mirada.
El primer caso te hace ignorante, incongruente, y de pensamiento mediocre, pues no eres capaz de aceptar que no somos seres perfectos, y que estamos destinados a cambiar de opinión debido al avance social, cultural y científico.
En el segundo caso, te expone a la oscuridad, y en tu salida de él, tu pensamiento saldrá reforzado, cambiando las creencias, siendo más sabio y más libre de las cadenas de pensamiento único que caracteriza esta sociedad.
¿Cómo lo afrontas tú?
2 comentarios
Carles
¡Así es!